- Ding Liren fue el primer jugador chino en convertirse en campeón mundial de ajedrez en 2023
- Su juventud en Wenzhou marcó sus inicios en el ajedrez, guiado por entrenadores de alto nivel
- Alcanzó el top mundial con una racha histórica de 100 partidas invicto y un ELO máximo de 2816
- Su camino al título estuvo marcado por dificultades personales y un estilo de juego resiliente
Ding Liren es un nombre que ya forma parte de la historia del ajedrez. No sólo por su talento indiscutible sobre el tablero, sino también por haber roto barreras culturales al convertirse en el primer jugador chino en coronarse campeón mundial absoluto en 2023. Su ascenso meteórico y su estilo silencioso pero letal han cautivado tanto a puristas del ajedrez como a nuevos aficionados en todo el mundo.
Pero más allá de sus títulos, Ding representa un caso extraordinario de resiliencia: ha convivido con la presión, la depresión, y aún así ha sabido reinventarse en el momento justo. Para entender por qué su figura ya es legendaria, es necesario conocer en profundidad su camino desde sus humildes orígenes hasta lo más alto del ajedrez competitivo.
Infancia y primeros pasos ajedrecísticos
Ding Liren nació el 24 de octubre de 1992 en Wenzhou, una ciudad costera de la provincia china de Zhejiang, conocida por su tradición ajedrecística. De hecho, otra leyenda del ajedrez femenino, Zhu Chen, también procede de esta zona.
Sus inicios en el ajedrez fueron tempranos. A los cuatro años, su madre lo apuntó a un club local para niños. Allí recibió instrucción de Chen Lixing, el mismo entrenador de Zhu Chen, lo cual marcó una diferencia clave en su formación. Desde pequeño se le notaba una disciplina inusual y una capacidad para concentrarse que no era común en un niño de su edad.
Durante su niñez, Ding participaba con frecuencia en la Copa Li Chengzhi, un torneo nacional juvenil en China con alto nivel de competencia. Lo ganó en varias categorías y en más de una ocasión. También tuvo un papel importante en los campeonatos mundiales infantiles, donde empató en el primer puesto tanto en el sub-10 como en el sub-12, aunque perdió los desempates.
Explosión como talento nacional: Campeonatos de China y Gran Maestro
En 2009, el joven prodigio escribió una página dorada en la historia del ajedrez chino al proclamarse Campeón Nacional con tan solo 16 años, el más joven en conseguirlo hasta la fecha. Este logro le permitió conseguir su última norma de Gran Maestro Internacional, título que recibió semanas antes de su 17º cumpleaños.
Ese torneo no solo fue una victoria histórica, sino que también fue una demostración de fuerza: Ding terminó invicto con 8.5 puntos en 11 rondas, derrotando a grandes favoritos como Wang Hao y Ni Hua. Su actuación alcanzó un rating de 2811, una cifra que ya anticipaba el nivel que iba a alcanzar en el futuro.
Y esta no sería una hazaña única. Repitió el título nacional en 2011 y 2012, tres veces en total, todas ellas sin perder una sola partida. En 2012, además, consiguió un meritorio tercer puesto en el Campeonato del Mundo Juvenil.
Ding compaginaba el ajedrez con su vida universitaria. Estudió Derecho en la Universidad de Pekín, la institución más prestigiosa de China, aunque luego confesó que lo hizo por presión familiar. Su prioridad siempre fue el ajedrez.
Consolidación internacional: torneos y resultados destacados
El talento de Ding no pasó desapercibido a nivel internacional. Sus actuaciones en eventos prestigiosos como el Tata Steel en 2015 y 2016 lo colocaron entre los mejores del mundo. En esas ediciones terminó empatado en segundo lugar, justo detrás de Magnus Carlsen, compartiendo tabla con jugadores de la talla de Caruana, Vachier-Lagrave, Giri y So.
Ese mismo año, se convirtió en el segundo jugador chino de la historia, después de Wang Yue, en entrar al top 10 mundial por rating FIDE. Pero Ding no se detuvo ahí: en noviembre de 2018 alcanzó su ELO más alto con 2816, cifra que lo coloca entre los diez jugadores con mayor puntuación de todos los tiempos.
Uno de los hitos más impresionantes de su carrera fue una racha invicta de 100 partidas clásicas consecutivas a nivel élite entre 2017 y 2018. Esta hazaña solo fue superada más tarde por Magnus Carlsen.
Un pionero: China conquista el ajedrez mundial
Ding no solo cosechó éxitos individuales. Fue parte clave del equipo chino que ganó la Olimpíada de Ajedrez en 2014 y 2018, así como el Campeonato del Mundo por Equipos en 2015. En esas competencias, sumó medallas tanto por equipo como individuales, casi siempre jugando en los tableros más altos.
En la Olimpiada de 2018, su actuación en el primer tablero fue impecable, con un rendimiento de 2873 que le valió otra medalla de oro. Su contribución fue determinante para que China se consolidara como una potencia ajedrecística global.
La Copa del Mundo y los Torneos de Candidatos
El camino al trono mundial de Ding estuvo lleno de pruebas. En 2017, se convirtió en el primer chino en llegar a la final de la Copa del Mundo, aunque perdió frente al armenio Levon Aronian en los desempates. No obstante, este resultado le permitió clasificarse al Torneo de Candidatos de 2018, siendo el primer chino de la historia en lograrlo.
En esa edición finalizó cuarto, pero con un dato muy especial: fue el único que no perdió ni una sola partida. Más tarde, en la Sinquefield Cup de 2019, igualó con Carlsen, al que derrotó en los desempates blitz, algo que no pasaba desde 2007. Ese año volvió a llegar a la final de la Copa del Mundo, esta vez perdiendo frente a Teimour Radjabov. Aun así, obtuvo otra plaza para el Candidatos 2020.
Pandemia, bajón y renacer
En 2020, la pandemia golpeó duro. El Torneo de Candidatos fue suspendido a mitad de competencia y Ding mostró un rendimiento muy por debajo de lo esperado. Al reanudarse en 2021, su nivel mejoró, pero no le alcanzó para ganar.
En 2022, obtuvo su clasificación al siguiente Candidatos tras la descalificación de Karjakin. Aunque comenzó mal, remontó en la segunda mitad y finalizó segundo, justo detrás de Nepomniachtchi. Este resultado le serviría más adelante de manera inesperada.
Con el abandono voluntario del título por parte de Carlsen, Ding se convirtió automáticamente en retador al Campeonato Mundial 2023 frente a Nepomniachtchi. Así tuvo lugar el duelo por el trono.
Campeonato Mundial 2023 y el ascenso al trono
Ding y Nepomniachtchi protagonizaron un Campeonato Mundial inolvidable. Las 14 partidas clásicas terminaron empatadas 7-7, con emociones, errores y momentos épicos.
El desempate rápido marcó la diferencia. En la última partida, en medio de una situación tensa, Ding optó por jugar un movimiento audaz, Tg6, cuando lo fácil habría sido buscar las tablas. Esa jugada, calificada como “valiente y suicida”, resultó decisiva. Ganó la partida y se convirtió en el 17º Campeón Mundial de ajedrez, el primero nacido en China.
Su victoria fue celebrada en todo el país. China pasó así a tener simultáneamente los títulos mundiales masculino (Ding) y femenino (Ju Wenjun), un reflejo del nivel alcanzado por el programa nacional de ajedrez.
Tras el triunfo, las cosas no fueron fáciles. Ding confesó haber caído en una profunda crisis emocional producto del desgaste extremo, la presión, problemas personales y una ruptura sentimental ocurrida justo antes del Mundial.
Durante gran parte de 2024 se mantuvo alejado del ajedrez. No participó en torneos y fue visto notoriamente afectado en su reaparición en el Norway Chess, donde cometió errores inusuales, como dejarse un mate elemental.
El propio jugador admitió públicamente haber sentido temblores en las manos, insomnio y falta de motivación. Sin embargo, ha trabajado en su recuperación junto a profesionales de salud mental y entrenadores como Ni Hua. Su esfuerzo lo llevó de nuevo a competir de forma sólida a finales de 2024.
En su defensa del título en diciembre de 2024 frente al joven indio Gukesh, Ding volvió a mostrar destellos de su mejor nivel. Aunque finalmente perdió 7.5 – 6.5, su rendimiento fue mejor del esperado y logró recuperar su lugar entre los mejores.
La historia de Ding Liren no es solamente la de un campeón mundial, sino la de un ser humano capaz de resurgir después de tocar fondo. Su sinceridad respecto a la salud mental, su carácter reservado y su estilo sólido y creativo lo han convertido en un referente del ajedrez moderno y un símbolo de fortaleza.